La juventud es la etapa vital de búsqueda de la identidad, uno de los momentos más anhelados y romantizados (juventud, ¡divino tesoro!) pero también de los más complejos.

Una etapa en la que se mira hacia el futuro, pero siendo conscientes que es en el presente donde nos estamos jugando nuestra oportunidad de desarrollar un proyecto vital digno.

Hemos generado evidencias sobre las desigualdades que nos afectan, hemos construido demandas conjuntas y les hemos compartido a los responsables nuestros reclamos.

Las jóvenes tenemos mucho que decir pero pocas veces se nos escucha y frecuentemente se habla de nosotras sin contar con nuestras voces. Representantes políticos, empresas, sector educativo, sector social y la sociedad en general, tienen la responsabilidad de hacer políticas públicas y normativas que mejoren nuestra autonomía y nos permitan vivir un presente y un futuro digno.